martes, 29 de marzo de 2011

GUERRA DE MALVINAS: HÉROES Y MISERABLES

Los trabajadores de la Historia aseguramos que es imprescindible conocer al pasado para comprender el presente. Efemérides como las del 24 de marzo y el 2 de abril no sólo lo explican sino que lo impactan de manera directa. Esta proximidad es causa de un alto nivel de controversia alrededor de aquellos hechos. Sin embargo, existen algunos conceptos básicos que permanecen fuera de cualquier discusión, entre ellos: 1) Las Malvinas fueron, son y serán argentinas por legado histórico, situación geográfica y derecho jurídico internacional. 2)La improvisación irresponsable y homicida de los jerarcas argentinos que condujeron las acciones en aquella guerra. 3) La gratitud constante que debemos sentir hacia esos hombres, especialmente los soldados que ofrendaron sus vidas por la recuperación del archipiélago (por cada oficial murieron dos suboficiales y nueve conscriptos) sin saber que comenzaban a recuperar la democracia..


Para comprender cabalmente aquellos hechos, deberemos echar un vistazo a la Argentina y al mundo de 1982. Por cierto, ambos eran muy diferentes a los actuales. En nuestro país la dictadura cívico militar acababa de cumplir seis años y se desmoronaba bajo el peso de sus crímenes. Los dictadores no habían dejado delito sin cometer, desde el robo común hasta la lesa humanidad del genocidio. Por esta razón necesitaban conservarse en el poder, y para ello urgía un golpe de efecto que les devolviera prestigio frente a la población. El día 30 de marzo de aquel año, horas antes del desembarco en Malvinas, los argentinos nos manifestamos bajo la consigna de "paz, pan y trabajo" en contra de la dictadura. La represión fue terrible y en Mendoza fue asesinado el obrero José Benedicto Ortíz por la Gendarmería. El 2 de abril amanecimos con la noticia de la recuperación de las islas.


En el mundo, mientras tanto, se definía la bipolaridad de la Guerra Fría. Dos bloques ideológicos disputaban la hegemonía global. Por un lado la U.R.S.S., que nucleaba en el "Pacto de Varsovia" a los países que dependían del comunismo soviético. Por el otro E.E.U.U. y su principal socio, Inglaterra, lideraban a la "O.T.A.N." que hacía lo propio con las naciones capitalistas. Latinoamérica quedaba incluida en este último bloque, pero por ser considerada "tercer mundo" era reducida a una custodia especial: la Doctrina de Seguridad Nacional, en rigor de la cual fueron impuestas las dictaduras en toda la región. Éstas, a su vez, se asociaban en el macabro Plan Cóndor para la persecución, tortura y muerte de cualquier opositor al sistema. De tal modo, cuando la Argentina desembarcó en Malvinas no le estaba declarando la guerra a Gran Bretaña, sino a todo el bloque que integraba hasta ese momento. Esto explica muchas circunstancias, por ejemplo, el apoyo que brindaron algunas dictaduras latinoamericanas a la flota inglesa. El unilateralmente desalineado era Argentina, e Inglaterra no iba a permitir que "un país de morondanga", así nos llamó Margaret Tatcher (primer ministra inglesa), le arrebatara un punto tan estratégico a la O.T.A.N. (en la hipótesis de conflicto mundial, desde las Malvinas se controla el Atlántico Sur). Además, el bloque capitalista no podía exhibir esa imagen de vulnerabilidad frente a su contrincante hegemónico, la U.R.S.S. En ese marco, todo el aparato logístico norteamericano fue puesto a disposición de los británicos: cuando el submarino Conqueror hundió al ARA General Belgrano, un satélite estadounidense le había proporcionado la posición del barco argentino.


Para agregar más gloria a nuestros soldados y más condena a los jerarcas de la dictadura cívico militar, podemos afirmar que nuestros chicos iban pésimamente pertrechados y con armas obsoletas, cuando no inservibles. Todo esto prueba las oscuras intenciones de los dictadores al intentar tan improvisada recuperación del territorio austral. Era impensable que los ingleses no contra atacaran apoyados por el bloque de la O.T.A.N. Pero lo peor, entre los seiscientos cincuenta y cuatro compatriotas muertos, a muchos de ellos no los mataron las armas enemigas sino el frío, el hambre y las torturas que les provocaron sus propios superiores.


Es mucho lo que no dimensionamos y lo que falta discutir acerca de estos hechos recientes de nuestra historia. Aunque un ex periodista, actualmente al servicio de los medios monopólicos, declare ofuscado: "ya me tienen harto con la dictadura".

No hay comentarios:

Publicar un comentario