miércoles, 13 de abril de 2011

UNA PIZCA DE AUTOESTIMA COLECTIVA (Y LA ANULACIÓN DE LA LEY DE CADUCIDAD EN URUGUAY).


La oligarquía no es un fenómeno social argentino. Me permito esta primera perogrullada porque nuestra baja autoestima colectiva, últimamente, tiende a creer que las mayores calamidades de la humanidad son de exclusiva industria nacional.

Pues no, las minorías privilegiadas tienen origen en los albores más remotos de la civilización occidental. Al comenzar el primer milenio antes de Cristo las comunidades mediterráneas volvían a reagruparse tras siglos muy turbulentos de invasiones y movimientos migratorios generalizados.

En aquel contexto los clanes paternalistas se nucleaban en torno al basileus (primitivo rey en Grecia) que, generalmente, era el ancestro vivo más lejano del grupo. En principio, todos reconocían la filiación y la obediencia. Tratándose de un contexto agrícola, las luchas por la posesión de la tierra fueron la causa de la construcción de murallas defensivas alrededor de los poblados. Pero las comunidades seguían creciendo y, al tiempo que se diluía la relación parental, los que quedaban fuera del límite de las murallas eran la mayoría. Con los siglos el recinto amurallado se convirtió en "palacio", los parientes cercanos del rey (dentro del recinto) en nobles y los parientes lejanos, exta muros, pasaron a ser "plebeyos". Con diferentes nombres, pero con similares características genéricas, las sociedades de occidente se organizaron así. Incluso, a pesar del océano, algunos pueblos originarios de América conocieron formas análogas.

Aristócratas, patricios o nobles; las oligarquías siempre entendieron a la "nación" del mismo modo: una propiedad paternal. Todo estaba en Orden mientra los "extra muro" se mantuvieran en sus posiciones de "subordinación y valor". Sin embargo, ni bien el status quo era alterado en lo mínimo, hacían caer todo el peso de su poder sobre los indecentes revoltosos.

En este punto agregaré otra perogrullada: LAS REPRESIONES GENOCIDAS a los intentos reparadores del pueblo tampoco son un fenómeno exclusivamente argentino. Pero aquí viene la originalidad, la pizca de irrenunciable autoestima colectiva: SOMOS EL PRIMER PUEBLO, EN LA HISTORIA DE OCCIDENTE, QUE CASTIGA A SUS GENOCIDAS POR MEDIO DE LA JUSTICIA. Es cierto, todavía faltan los responsables del genocidio económico y todos los cómplices civiles de la última dictadura, es decir, los señorones agroexportadores de la OLIGARQUÍA vernácula. Por lo tanto y por lo pronto, sigamos manifestando para que se extiendan los juicios, al tiempo que brindamos por el ejemplo que también se extiende con la SUPRESIÓN DE LA LEY DE CADUCIDAD en el querido paisito hermano de Uruguay.

2 comentarios:

  1. Es duro, pero es cierto. Debemos apoyar estas iniciativas de nuestros vecinos. Creo que nuestro país ha servido de ejemplo.
    Saludos
    Pato

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  2. Así es Pati, comenzamos a producir acciones que "en Europa no se consiguen". Gracias por el comentario. Saludos.

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