martes, 17 de mayo de 2011

25 de mayo 2011: HACIA EL TRICENTENARIO.

Si no contribuyera a mejorar y actualizar la reflexión, la Historia sería un mero divertimento intelectual. En este sentido, la emancipación conquistada en mayo de 1810 tiene mucho para enseñarnos.


El pensador alemán Georg Hegel elaboró una interesante sistematización de la historia, según la cual el devenir humano ocurría como consecuencia de una incesante dialéctica. A una situación impuesta, a la que llamaremos "tesis", siempre se opondrá una "antítesis", es decir una resistencia. Del enfrentamiento dialéctico entre ambas resultará una "síntesis", esto es: una nueva situación impuesta que generará sus propias resistencias. Y así, indefinidamente, se va contruyendo la historia.



La emancipación de mayo de 1810 se inscribe en la resistencia al colonialismo y al despotismo de la monarquía española. A su vez, tendemos a idealizar los hechos de mayo de 1810, tal vez por exceso de Billiken e Historia tradicional. No se trató de una situación festiva con reparto de escarapelas. La llamada "Revolución de Mayo" generó grandes resistencias, especialmente en el interior del territorio virreinal. Así, la guerra por la independencia fue cruenta y extensa, librada no entre criollos y españoles, sino entre patriotas y realistas. Hubo criollos y españoles en ambos lados.



Lo cierto es que aquel 25 de mayo de 1810 fue el primer paso hacia la libertad declarada seis años más tarde. A partir de ese momento se abrió un sinuoso camino de intereses e ideas encontradas. Los que entendían al país bajo un inevitable destino colonial se enfrentaban a quienes soñaban con una patria soberana. De ese modo transcurrieron los primeros cien años de nuestra patria entre antagonismos y sangrientas guerras civiles.



Mayo de 1910 no fue menos conflictivo y las celebraciones del primer centenario ocurrieron entre violentas protestas populares y represión gubernamental. La situación impuesta era "el Régimen": una serie de gobiernos oligárquicos que organizaron política, social y económicamente al país en beneficio exclusivo de sus intereses terratenientes concentrados. La resistencia la lideró la Unión Cívica Radical con su reivindicación ampliatoria de la participación social en la vida política del país. El triunfo radical llegó con la Reforma Electoral "Sáenz Peña" de 1912, que consagró el voto universal, secreto y obligatorio (que aún excluía a la mujer del sufragio).




A partir de allí, la oligarquía agroexportadora no se resignará a la pérdida del poder y se va a expresar, casi siempre, por medio de los Golpes de Estado, es decir: POR EL DELITO DE SEDICIÓN que puso fin a muchos gobiernos democráticos, especialmente los que proponían las reivindicaciones más populares. Esto ocurrió desde 1930 y a lo largo del siglo XX hasta el más corrupto y homicida que dio inicio a la dictadura cívico militar de 1976/83. La "baja intensidad" de la democracia recuperada nos condujo, luego, a la casi disolución nacional en 2001/2002.




Mayo de 2010, el bicentenario, nos encontró ante una situación muy diferente: la democracia más consolidada y grandes festejos populares, no exentos de grandes resistencias políticas y mediáticas. Estos son datos de la más estricta realidad. Por lo demás, y por tratarse de hechos tan recientes, dejemos la descripción y el juicio a la opinión de cada lector con sus distintas cosmovisiones. Pero, para terminar, un llamado a la consciencia colectiva: este 25 de mayo de 2011 habremos dado el primer paso al tricentenario. Es muy improbable que alguno de nosotros llegue al cumple número trescientos de la patria. En cambio, sí es seguro que todos seremos constructores del próximo siglo. El desafío será continuar con la ampliación de los derechos, en una democracia más inclusiva, integral y abarcativa.

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